Mahina se casó con un hombre que insistió en que trabajaría todo el día, recogiendo y preparando comida,
y golpeando y decorando kapa (tela de corteza). Mahina golpeó interminables metros de su hermosa kapa blanca desde la corteza de wauke (la morera). Después de muchos años, Mahina estaba cansada de esa interminable labor y de las quejas
de su esposo, y le preguntó si podía ser liberada de tal monotonía. Los dioses la mandaron a buscar, y ella trepó a la kapa mientras ascendía en el aire hacia una escalera, sobre la cual trepó a la luna. Mahina ahora nos mira en paz desde su hogar a la luz, triste por no estar con su esposo, pero tranquila en la noche.
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